El robot de suelo permite visualizar de manera muy clara si las líneas de código están bien escritas. Una de las veces, un giro al lado no deseado y algún paso de más, casi nos cuesta un disgusto, pero lo normal es que los alumnos estén dirigiendo a los robots muy bien.
Un truquito... colocar nuestra mirada en la misma dirección que la del robot para así asegurarnos que el giro lo realizamos de forma correcta.
Publicación realizada por: Mercedes Moriche, Fátima Trejo y Elena Campo
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